lunes, 1 de julio de 2013

Escapa

    ¿Alguna vez has querido escapar del mundo que te rodea? ¿Huir a algún lugar en el que poder estar a solas? ¿O viajar a lugares que nunca nadie había pisado? Hoy os traigo una técnica de relajación que me enseñó mi profesora de educación física, aunque más que relajación, lo que hace es que te permite huir del mundo por un momento y viajar a donde te dé la gana. Solo tienes que cerrar la puerta de tu habitación, tumbarte en la cama bocarriba y cerrar los ojos. Si quieres puedes poner música relajante o alguna de tus canciones favoritas, siempre y cuando no sea muy estruendosa. 
    Cuando estés tumbado en la cama, cierra los ojos y respira profundamente, concéntrate en el aire que entra y sale de tu cuerpo, en la forma en la que sube y desciendo tu pecho... solo piensa en eso, lo demás no importa. Haz eso durante dos o tres minutos más o menos, aunque puedes estar así todo el tiempo que quieras.
    Después, céntrate en los sonidos que te rodean, en lo que oyes al otro lado de la ventana, al otro lado de la puerta... Intenta distinguir todo lo que llega a tus oídos. Relájate y déjate llevar por los sonidos... Y, al igual que antes, hazlo durante dos o tres minutos.
    A continuación, piensa en tu color o colores favoritos y crea un paisaje con ellos. Mézclalos, difumínalos, dales contraste, sombra, luz... y crea un lugar al que solo tú puedas ir, un lugar en el que te sientas en paz y tranquila... un rincón al que huir de la realidad. Paséate por sus recovecos, observa lo que acabas de crear, imagínate los sonidos, las sensaciones... y disfruta de ese pequeño mundo. Si quieres, puedes pensar en una o varias personas e "invitarlas" a tu imaginación. Podéis hacer todo lo que tú quieras: hablar, jugar al escondite, hacer paracaidismo, puenting... cualquier cosa que tu mente pueda crear.
    Quédate en ese lugar todo el tiempo que tú quieras, haciendo lo que quieras, con la gente que quieras... pero como todo, tiene un fin. Despídete del lugar, de las personas a las que hayas "invitado" y piensa que puedes volver cuando quieras, en cualquier rato en el que quieras escapar. Deja de pensar en ese lugar y concéntrate de nuevo en tu respiración para ir volviendo poco a poco al mundo real. Abre los ojos lentamente e incorpórate despacio, sin prisas, como si fueras a cámara lenta.
    Esta es una muy buena forma para relajarse y distraerse de lo que nos rodea. Así que, cada vez que sientas que no puedes más, escápate a ese mundo al que solo puedes ir tú. También puedes crear muchos otros lugares e incluso puedes ir a alguno que ya exista. ¿A quién no le gustaría ir a Roma con la familia? ¿Al Caribe con los amigos? ¿O a la Luna con esa persona que te vuelve loca?
    Después te sentirás como nuevo, irás con calma, el agobio desaparece y el estrés se va con él. Parecerá que vas flotando en una nube.
    Hay infinidad de lugares y puedes visitarlos siempre que quieras, con las mismas personas o con otras diferentes. La imaginación es lo más poderoso que tenemos. Nunca la subestimes.


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