miércoles, 23 de abril de 2014

Día del libro :))

Sí, señoras y señores. Como podéis ver (o leer) ahí arriba hoy es El Día del Libro.


No, venga. Ahora en serio.
Hoy es el Día del Libro, de libros como estos:


Y de estos también:
Sé que estos últimos llegan a ser odiosos y más de uno acaba pensando en quemarlos, tirarlos por la ventana o dárselos al perro para que se entretenga un ratito. ¡Pero son libros! ¡LIBROS! Así que, si de verdad amáis la lectura, los libros y todo lo relacionado a ellos, por favor, guardad ahora mismo las cerillas y ni se os ocurra prender ni una sola página. Os estaré vigilando.


Sé que es un poco tarde para subir la entrada. Apenas queda una hora para que deje de ser 23 de abril, pero más vale tarde que nunca.
Por lo tanto, os diré algo sobre este día tan especial que probablemente ya sabíais: el Día del Libro se celebra el 23 de abril precisamente porque fue ese día en el que murieron dos grandes maestros de la literatura universal. Además murieron el mismo año. En 1616. Menuda coincidencia ¿verdad? Estoy hablando de Miguel de Cervantas y William Shakespeare. Seguro que los conocéis o al menos os sonarán de algo.

Y ya, para terminar y hablando de libros, os diré cuál me estoy leyendo ahora. Magia de una noche de verano. Es la tercera vez que me leo este libro, pero, en serio, no me canso de hacerlo. Siempre me divierto mucho leyendo sus páginas, me río con cada personaje, me meto en sus pieles y siento todo lo que ellos sienten. He pasado muy buenos ratos con este libro y cada vez que lo leo, descubro algo nuevo que otras veces he pasado por alto. Además, le tengo un cariño especial, ya que fue el primer libro que me leí que tuviera más de 200 páginas, por lo que tiene, y tendrá, un lugar especial en mi corazón :')
Y sin más, me despido de vosotros y os deseo un feliz Día del Libro, aunque esté a punto de terminar. Así que a sonreír y a tirar "pa' lante", que la vida no se merecer ser vivida con lágrimas y preocupaciones.
Un saludo ;)

martes, 22 de abril de 2014

Indicio de explosión

Hoy he estado a punto de derrumbarme y explotar. No sé exactamente qué me ha pasado, solo que de repente ha sido como si todo se me viniera encima de golpe, todo aquello que siempre me trago, todo lo que no suelto y me guardo para mí misma...
He sentido cómo las lágrimas caían de mis ojos. No podía más, no puedo más.
Siento que todo esto me puede, no sé qué hacer con mi vida, qué camino tomar, y lo poco por lo que consigo decidirme o creo tener claro, me lo quitan. Me dicen "No puede ser" o simplemente "No". Estoy harta de eso, de que cuando me parece estar satisfecha por una decisión tomada por mí misma sin la intervención de nadie y de la que estoy convencida, siempre me la quitan de las manos antes de que pueda saborearla, antes de tener tiempo de ver si por una vez en mi vida elegí bien o, como tantas otras veces, mal.
Hay muchas cosas que sigo guardando dentro, como que a pesar de mis diecisiete años de edad me sigo sintiendo como una niña pequeña que no sabe lo que quiere ni tiene nada claro ni sabe comportarse de forma madura cuando le toca. Eso es. Siento que todavía no he madurado. Ahora me diréis que vivir como un niño es lo mejor del mundo, no hay preocupaciones, todo es maravilloso... y no lo niego. Sé que es genial, pero hay muchas situaciones que te piden un poco de madurez y es en esas situaciones en las que no sé cómo comportarme. Son situaciones que no sé manejar.
Además, últimamente parece que nada de lo que hago me sale bien. TODO se acaba yendo a la mierda. No importa lo que me haya esforzado o lo que haya trabajado, siempre hay algo que lo acaba fastidiando. Y estoy harta.
Incluso ahora, que es mi momento de soltarlo todo, de desahogarme, de llorar lo que no he llorado, sé que me sigo conteniendo. Sigo guardándome las lágrimas y eso solo desembocará en que, un día, explotaré de verdad. Todo lo que he estado aguantando se ha convertido en pólvora y una minúscula chispa, por muy pequeña que sea, bastará y sobrará para hacerlo explotar y hacer que me derrumbe por completo.

lunes, 21 de abril de 2014

Un corazón.

Que él se alejara de mí sería incluso peor que morir, porque mi corazón sería el objeto de una paliza emocional tan grande que se quedaría roto en mil pedazos. Aún así, seguiría vivo, latiendo, sintiendo, sufriendo… porque solo le quedarían vagos recuerdos a los que aferrarse, recuerdos que solo le ocasionarían más dolor.
Pero mi corazón seguiría recordando a pesar de todo. Estaría vivo, sí, pero viviendo cada segundo con el único deseo de no sentir nada, de ser solo un corazón, un órgano cuya única misión es bombear sangre al cuerpo. No quiere ser él el encargado de albergar las emociones, ya no quiere ser confundido por ellas y no quiere hospedar al amor, porque casi siempre viene acompañado de un invitado no deseado: el dolor.
Solo quiere ser, simple y llanamente, un corazón.


viernes, 18 de abril de 2014

Tres mitades

Y sentir como si le hubieras dado la espalda a todo aquello en lo que creías, aquello que te definía, que formaba parte de ti. De repente, una palabra, una mirada bastan para que te olvides de todo eso y por una vez en la vida, te dejas llevar.
Una parte te dice que te detengas, que lo que estás haciendo no está bien y la otra parte… ¡Ay! ¡La otra parte es la gran incógnita! Se supone que la segunda mitad siempre contradice a la primera, en cualquier tema, siempre. Sin embargo, esta vez parece no querer opinar nada o, tal vez, la parte que dice que estaba mal se niega a aceptar que en realidad estuvo bien e intenta someter a su contraria mitad, esa que no se arrepiente de nada, esa que en secreto está deseando volver a cometer ese “error”.
Pero ¿y qué hay de ti misma? Puede que en tu interior haya dos frentes peleando constantemente entre sí intentando ganar la batalla, pero tú siempre serás la que tenga la última palabra. Tú decides que mitad quieres que gane, si estuvo bien o mal, si quieres arrepentirte o no, si fue un error o no, un paso hacia delante o uno hacia atrás… O si fue un error que quieres volver a repetir.
En mi caso, sé que me aferro a la idea de que estuvo mal, pero solo lo hago porque temo el lugar al que me llevará la otra opción, no me atrevo a aceptar que, en el fondo, lo que hice estuvo bien, que me ha a servido para aprender.
No puedo aceptarlo en voz alta, pero sé que probablemente, si me dieran la oportunidad, volvería a hacer lo mismo, olvidar por un momento quién soy para poder empezar a ser yo misma de verdad.


sábado, 12 de abril de 2014

Nos imaginé

La música sonaba de fondo mientras las luces giraban a nuestro alrededor. De repente, nos habíamos quedados solos bajo la atenta mirada de las estrellas.
Una fría brisa que nos recordaba que la primavera no había llegado del todo se metió en mi cuerpo, produciéndome un escalofrío, y él, tan atento como siempre, me cedió su chaqueta para que yo dejara de temblar, aunque, sinceramente, hubiera preferido que fuesen sus brazos los que me arroparan.
Entonces miré a mi alrededor para retener cada detalle en mi memoria y así no olvidarlo nunca: el ir y venir de las luces de la fiesta: rojo, verde, azul... girando sin parar; el cielo oscuro iluminado por tímidas estrellas y una brillante y plateada luna reinando en el firmamento; y sobre todo, recordar a la persona que estaba sentada a mi lado, a un distancia prudente de mí. Una distancia que me habría encantado hacer desaparecer.
Después cerré los ojos. También quería recordar todo aquello que no podía ser captado con la mirada, aquello que escapaba de la vista como el retumbar de la música a través de los altavoces, o el viento susurrando en mi oído palabras incomprensibles, o el aroma de él... Sí, su olor estaba en todas partes, en el aire, en su sudadera... y ahora también en mi cabeza.
Abrí los ojos y un breve choque de miradas tuvo lugar entre los dos, lo suficiente para añadir más detalles que recordar de ese momento: sus ojos puestos en mí para mirarme sin que yo me diera cuenta, los nervios en mi estómago al darme cuenta y su forma de apartar la vista rápidamente con la esperanza de que no le hubiera visto, pero le vi.
También, en un momento en el que mi imaginación desplegó las alas para hacer de las suyas, nos imaginé a los dos bailando esa música que no era de la de "bailar pegados". Nos imaginé bailando bajo ese cielo estrellado. Nos imaginé bailando rodeados de esas danzantes luces de colores. Nos imaginé. Y eso también lo guardé en mi memoria.
Cada segundo que pasaba se convertía en un detalle que recordar y en un deseo mudo de que todo eso que mi imaginación imaginaba, llegara algún día a ocurrir de verdad.

miércoles, 2 de abril de 2014

Cambios

¡Por fin he cambiado el diseño del blog!
Llevaba mucho tiempo queriendo cambiarlo (ya me había cansado un poco del otro :S). Así que, aprovechando que hoy estoy mala y no he ido al instituto (no sé si alegrarme o no, porque me estoy muriendo de dolor de barriga u.u), me he puesto manos a la obra y aquí está el resultado.
Espero que os guste el nuevo diseño ;)
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