Y sentir como si le hubieras dado la espalda a todo aquello en
lo que creías, aquello que te definía, que formaba parte de ti. De repente, una
palabra, una mirada bastan para que te olvides de todo eso y por una vez en la
vida, te dejas llevar.
Una parte te dice que te detengas, que lo que estás haciendo
no está bien y la otra parte… ¡Ay! ¡La otra parte es la gran incógnita! Se
supone que la segunda mitad siempre contradice a la primera, en cualquier tema,
siempre. Sin embargo, esta vez parece no querer opinar nada o, tal vez, la
parte que dice que estaba mal se niega a aceptar que en realidad estuvo bien e
intenta someter a su contraria mitad, esa que no se arrepiente de nada, esa que
en secreto está deseando volver a cometer ese “error”.
Pero ¿y qué hay de ti misma? Puede que en tu interior haya
dos frentes peleando constantemente entre sí intentando ganar la batalla, pero
tú siempre serás la que tenga la última palabra. Tú decides que mitad quieres
que gane, si estuvo bien o mal, si quieres arrepentirte o no, si fue un error o
no, un paso hacia delante o uno hacia atrás… O si fue un error que quieres
volver a repetir.
En mi caso, sé que me aferro a la idea de que estuvo mal,
pero solo lo hago porque temo el lugar al que me llevará la otra opción, no me
atrevo a aceptar que, en el fondo, lo que hice estuvo bien, que me ha a servido
para aprender.
No puedo aceptarlo en voz alta, pero sé que probablemente,
si me dieran la oportunidad, volvería a hacer lo mismo, olvidar por un momento
quién soy para poder empezar a ser yo misma de verdad.
Me ha gustado mucho el relato, me ha parecido muy bonito y creo que tienes mucha razón.
ResponderEliminarA pesar de ser un tema bastante abstracto lo has plasmado genial :))
Un beso ^^
Me alegro de que te haya gustado ^^
EliminarGracias por pasarte y comentar :)